viernes, 9 de agosto de 2013

Facasos Exitosos

Bernardo Stamateas

«El éxito o el fracaso es los negocios se produce más por actitudes mentales que por capacidades mentales».

¿Fracaso o fracasado?

Los seres humanos necesitamos aprender a valorarnos y a descubrir todo aquello que somos capaces de alcanzar. Concretar éxitos, revertir fracasos en logros y beneficios, determinará nuestra estima y el lugar que ocuparemos en el mundo. La diferencia entre un fracaso y ser un fracasado está relacionada con cómo afrontes y te posiciones delante de cada circunstancia que te desafíe.

Fracaso: Aceptar el error y aprender de él.
Fracasado: Quedarte a vivir en el fracaso.

El fracaso será parte del camino de éxito. Recuérdalo. Si te enseñaron lo contrario, es tiempo de quebrar este sistema de pensamiento y permitirte fracasar. No hay éxito ni victoria sin fracaso; todos pasamos por ello en algún momento.
Éxito es el resultado de un fracaso + otro fracaso + nuevas dificultades + nuevos errores + volver a empezar las veces que sean necesarias hasta generar oportunidades que nos lleven a los resultados esperados. Una diferencia muy importante para tener en cuenta: los exitosos se animan a correr riesgos, los fracasados no.
Aprendamos a ver el cuadro completo de nuestro objetivo, pintado y vendido. Si podemos visualizarlo, estaremos en condición de discernir todas aquellas oportunidades que nos genera ese error u obstáculo con el cual tropezamos.
La profesora Lisa Amos establece, de acuerdo con estadísticas confiables, que los empresarios antes de alcanzar el éxito traspasaron una tasa de error y de fracaso del 3,8%. Estas personas supieron aceptar el fracaso, pero no permanecieron en él. Según Washington Irving, “Las mentes grandes tienen propósitos, las otras tienen deseos”. Los deseos son ilusiones, ganas; los propósitos son realidades.
El presidente Roosevelt decía: “No progresa quien no comete errores”. El fracaso es solo temporal y puede convertirse en el puntapié al éxito, al beneficio. El sociólogo J. Brunner dice: “Es más fácil que usted active sus sentimientos y no que estos lo hagan entrar en acción”.
Las preguntas correctas que debiéramos hacernos son: ¿qué hechos o qué elementos podemos incorporar en nuestra mente para tener un espíritu fortalecido?, ¿qué hábitos necesitamos incorporar para desarrollar una fortaleza interior indestructible?, ¿de quién depende mi éxito y mi fracaso? La respuesta a todas ellas es la misma: “Depende de mí, depende de mí”. Cuántas más veces la puedas internalizar en tu mente y en tu espíritu, mucho mejor.

Fijaciones mentales, el camino al fracaso

Podrás asistir a seminarios y tener títulos académicos, pero si en tu mente y en tu espíritu hay fijaciones negativas, lo que emprendas no tendrá los resultados que estás esperando. Einstein decía: “No podemos esperar resultados distintos si siempre hacemos los mismo”. No te programes, desafía cada día tus fijaciones y tus paradigmas.
Las siguientes frases pertenecen a estudiosos y expertos en el ejercicio de sus funciones. Piensa en sus consecuencias.
“El invento de las copias Xerox es absolutamente inútil… el papel carbón es muy barato y disponemos de él en abundancia”. Técnicos de IBM y Kodak en 1938.
“Todo lo que pueda ser inventado ya ha sido inventado”. Charles Duell, director de la Oficina Norteamericana de Patentes, 1899.
“640k de memoria es más que suficiente para cualquier individuo”. Bill Gates, presidente de Microsoft, 1981.
“No hay ninguna, absolutamente ninguna razón para que un individuo quiera tener un computador en un sitio que no se su oficina”. Ken Olson, presidente de Digital Equipment, 1977.

Por todas estas razones, no necesitas ser experto para alcanzar el éxito, solo quebrar ciertas creencias, fijaciones y pensamientos que limitan tus extensiones.

Transformando a mi peor enemigo: yo

El poder establecer límites es la condición que define a aquellas personas cuyas emociones están sanas. El límite es la frontera invisible que nos afirma y afianza como seres independientes, y nos permite diferenciarnos claramente unos de otros. Para ser competentes con nosotros mismos, primero debemos aceptarnos y convertirnos en generadores de excelencia. Siempre estamos a tiempo de fijar límites y decidir tanto a quiénes incluiremos en nuestros vínculos interpersonales como de quiénes nos alejaremos.
Las estadísticas definen que el 99% de los fracaso corresponden a personas que tienen el hábito de excusarse. Transformar un fracaso en éxito requerirá que asumas el 100% de responsabilidad.

“El éxito es conseguir lo que se quiere; la felicidad es querer aquello que se consigue”.

Cuando le preguntaron a Leonardo da Vinci, cuál había sido su mejor logro y éxito en la vida, él contestó con orgullo “Leonardo da Vinci”. Como Da Vinci, tu éxito no depende de las palabras de la gente, del lugar donde los votos te coloquen, ni de las situaciones que vives a diario, sino de la visión y de los pensamientos que generes para transformar cada reto en éxito. El libro del profeta Jeremías en el Antiguo Testamento dice: “¿Mudará el etíope su piel y el leopardo sus manchas?” ¿En qué estás invirtiendo más tiempo? ¿En mejorar la persona que eres o en intentar ser otro la mayor parte del tiempo?

“Aquel que conoce a otros es sabio, mientras que aquél que se conoce a sí mismo es culto” Lao Tzu.

Un artículo de la revista FastCompany, publicado en noviembre de 1998, rezaba: “Cuando tenemos que actuar de una manera que no es natural en nosotros, experimentamos un tipo de estrés que afecta a nuestra productividad y nos hace sentir insatisfechos. En cambio, cuando el trabajo nos permite utilizar nuestros talentos naturales, producimos al máximo”. No pierdas tiempo en tus debilidades.

¿Suerte o propósito?

Muchos dicen “¡Suerte!” cuando saludan, o “¡Qué mala suerte tengo!”. Y todo lo que sucede alrededor de sus vidas lo relacionan con un golpe de suerte o de casualidad. Pero nada de esto es así. No existe la casualidad. El éxito, los beneficios y los logros se obtienen cuando comienzas a ocuparte y a trabajar en aquello que es tu pasión.
Dustin Hoffman escribió que a él le había costado diez años obtener el éxito. El fundador de McDonald’s, RayKroc, escribió: “El éxito me llegó al amanecer, tras una larga noche de treinta años”.
Muchos deciden acostarse cómodamente en un sillón a descansar, esperando que algo mágico pase en sus vidas, para luego decepcionarse cuando nada sucede. Y es en estos momentos cuando comienzan a pensar que el destino les está juagando una mala pasada. Y desde ese lugar del adormecimiento buscan equivocadamente a quienes piensan pueden ayudarlos a construir su futuro.

“Las personas felices se permiten ser felices, las infelices siguen haciendo cosas que aborrecen y que las perjudican, contribuyendo a su infelicidad”. Dr. David Niven.

Descubriendo a tu propio genio

La capacidad y el potencial de cada ser humano adquiere desde el momento en que nace son inmensos. Nuestro cerebro está formado por cien billones de células. Cada una está conectada a otras 20 000células a través de dendritas y neuronas. Es decir, la cantidad de ideas que pueden surgir de estos millones de combinaciones son infinitas. Paul Valery decía: “La mejor manera de hacer que tus sueños se conviertan en realidad es despertarte”.

“Yo erré más de 9 000 tiros al cesto en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. Veintiséis veces me confiaron el tiro de la victoria y erré. He fallado una y otra vez en la vida. Y es por eso que triunfo”. Michael Jordan.

G.W. Carver declara que el 99% de los fracasos corresponden a personas que tienen la costumbre de poner excusas. El porcentaje que cita el autor es sorprendente pero clarificador.

Las excusas llevan consigo mismas un alto grado de fracaso. Es por eso que muchas personas preguntan: “¿Por qué el otro siempre logra lo que quiere, y yo no?”.
El éxito no conoce de vacilaciones, ni de letargos, ni de adormecimientos, ni de aburrimientos, sino de superación y una mejora interior y exterior permanentes. Dylan Thomas decía: “Alguien me está aburriendo, creo que soy yo”.
El escritor John Mason, en su libro La imitación es una limitación, sostiene: “Una excusa es la supuesta prueba de que usted hizo lo que no hizo, para que otros crean que usted no hizo lo que hizo. Sin embargo, a pesar de todas sus explicaciones posibles, el fracaso y el error siguen existiendo”.
Si piensas que eres un triunfador y que nada te detendrá en el camino a tu sueño, de esa forma sucederá. Lo que pase, a partir de ahora, dependerá de la forma en que te relaciones con cada meta que está delante de ti. Para prevalecer, hay que saber detenerse a tiempo, ver los errores y las debilidades del proyecto, y tener la valentía de comenzar otra vez.
Séneca dijo: “Un hombre es tan miserable como él piensa que es”. Y Virgilio afirmó: “Ellos pueden porque piensan que pueden”. Es preferible hacer y perder, que no perder sin nunca haber intentado nada.
Estamos con nosotros mismos 24 horas al día. La gente puede molestarnos o distraernos del objetivo, pero en un determinado momento todas las personas pueden salir de nuestra vida, aunque nosotros no.
“Sea lo que sea aquello que cree o piensa que puede hacer, empiece a hacerlo. La acción tiene magia, gracia y poder”. Goethe.
Se rieron de Eli Whitney cuando mostró la máquina que separa las fibras de algodón. Edison tuvo que instalar su bombilla eléctrica gratis en una oficina antes de que nadie siquiera se dignara a mirarla. Una multitud turbulenta hizo pedazos la primera máquina de coser en la ciudad de Boston. La gente se rió de la idea de los ferrocarriles. Algunas personas creían que viajar a 50 kilómetros por hora (en automóvil) pararía la circulación de la sangre. Samuel Morse tuvo que rogar ante el Congreso antes de que siquiera miraran el telégrafo.
Muchos se quejan y desean lo que otros han alcanzado, pero no todos están dispuestos a pagar el precio. No es que la gente fracase mucho, sino que abandona con demasiada facilidad. Edison le tenía miedo a la oscuridad. ¡Sí! A la oscuridad, leíste bien; pero esto no fue una excusa ni un impedimento para que este hombre inventara la lámpara.
Cuando cometes un error y buscas una excusa (argumentación de por qué las cosas se hicieron mal) ya tienes dos errores: el error y la excusa. Nos excusamos cuando no reconocemos nuestros errores. No olvides que un poco después del fracaso, un poco después de la dificultad que estás pasando, te está esperando en el camino al éxito.

Transformando a nuestro peor enemigo en nuestro mejor aliado

El fracaso y el error no dependen ni de las circunstancias ni de los hechos transcurridos, sino de la manera en que te paras delante de ellos y los evalúas. De acuerdo con el grado de confiabilidad que te acredites para transformar el fracaso, este podrá ser un aliado o un enemigo.

“No deje que lo que aprende lo haga más sabio; deje que lo que aprende lo haga más activo”. J. Rhon.

El bolígrafo fue desarrollado por Laszlo Josef Biro, un exiliado húngaro residente en Buenos Aires, y por su hermano George, químico de profesión. En determinadas versiones, este bolígrafo se alimentaba por gravedad. Biro invirtió 20 años en fabricar un bolígrafo alimentado por capilaridad finalmente lo consiguió. ¿Hubiera permanecido tanto tiempo en un mismo proyecto sin tener ningún rédito a cambio? El éxito no sabe de tiempo sino de resultados.
Lo que finalmente somos y lo que conquistamos es el resultado puro de nuestra decisión. El saber popular dice: “Atiende a tus pensamientos, porque se tornan en palabras; escoge tus palabras, porque se tornan en acciones; entiende tus acciones, porque se tornan en hábitos; estudia tus hábitos, porque se tornan en carácter; desarrolla tu carácter, porque se torna en destino”.

“Un ganador del Premio Nobel demostró cómo una célula cambiaba o crecía sólo después de haber pasado por un período de vulnerabilidad. Fue llamada la teoría «tocar fondo». Solo después de tocar fondo, usted adquiere la prudencia, la confianza y la adaptabilidad necesarias para crecer y triunfar”. Stephen Phillips.

En una ciudad de Grecia vivía un sabio famoso por tener la respuesta para todas las preguntas. Un día un adolescente, conversando con un amigo, dijo: “Creo que sé cómo engañar al sabio. Voy a llevarle un pájaro que sujetaré en la mano, y le preguntaré si está vivo o muerto. Si dice que está vivo, lo apretaré y una vez muerto lo dejaré caer en el suelo; si dice que está muerto abriré la mano y lo dejaré volar”. El joven llegó hasta el sabio y le hizo la pregunta: “Sabio, el pájaro que tengo en la mano, ¿está vivo o muerto?”. El sabio miró al joven y le dijo: “Muchacho, la respuesta la tienes en tus manos”.

Las respuestas y la vida están en nuestras manos, en nosotros mismos y, por ende, somos responsables de cada acción que generamos. Necesitamos ser íntegros, de una sola pieza, iguales en todos lados y tener integridad. Integridad viene de integritas: de una sola piedra, de una sola roca. De una forma para poder producir respuestas exitosas. “Todo lo que siembres, todo los que creas, todo lo que trabajes, eso será tu cosecha”.

Los diez errores más comunes del fracaso

Frente al fracaso o al error, las personas suelen elaborar diálogos internos con ellos mismos, porque tal como uno siente es como interpreta todo lo que sucede. De acuerdo a cómo nos sentimos interpretamos tanto la realidad como a los demás.
Estos son diez de los errores más comunes que comete la gente cuando fracasa. Seguramente con algunos de ellos puedes identificarte y encontrar la punta del ovillo.
  1. No saber trabajar en equipo.
  2. Vivir llenos de culpa.
  3. Dudar permanentemente.
  4. Vivir con miedo.
  5. Ser apáticos.
  6. No descubrir nuestra propia motivación.
  7. Tener baja autoestima.
  8. Vivir apeegado a lo viejo.
  9. Estar enfocado en el otro.
  10. Perder el tiempo.
Actitud + Aptitud = Éxito

“Dos hombres miraban a través de las rejas de la cárcel; uno vio el lodo, el otro las estrellas”.

No siempre podemos prevenir los que nos sucederá, pero sí elegir la manera en la que vamos a reaccionar frente a las circunstancias. A esa elección la llamaremos actitud. La actitud debe estar acompañada de talento, habilidades y capacidades; es decir, de aptitudes para logra el éxito esperado. La actitud ayuda, pero la aptitud es lo que completa y nos permite alcanzar el resultado de esta ecuación: el éxito.

Mente de fracaso, mente de metas

Según las estadísticas, solo el 2% de las personas dan los pasos necesarios para alcanzar un objetivo. Por tal motivo, para volvernos a enfocar necesitamos poner en funcionamiento nuestro potencial, desacernos de todas aquellas ideas obsoletas que hasta ahora no arrojaron los resultados esperados y, a partir de allí, transforma ese fracoso en un proyecto exitoso y redituable.
Una mente de metas sabe lo que es capaz de alcanzar, se prepara y se instruye para lograrlo.

Fracaso + fracaso + fracaso = Oportunidades de oro

En una oportunidad Thomas Edison estaba trabajando en su laboratorio, le cortaron el gas porque no había podido pagar su factura. En medio de sus trabajos y de este hecho, decidió encontrar una fórmula que le permitiera competir con esta empresa y reemplazar el uso del gas por electricidad.
Así es como comenzó su investigación, por lo que fundó y creó General Electric Company, que luego fue General Electric. ¿Te hubieras imaginado que Edison no podía a pagar su factura de gas? ¿Y que a partir de un corte de suministro creó una empresa? Su supuesto fracaso económico no lo detuvo, todo lo contrario, lo impulsó a nuevos niveles de conquista. Cada dificultad puede convertirse en una oportunidad de oro. En una ocasión le preguntaron cómo podía seguir pensando en idear una lamparita tras haber fracasado miles de veces, a lo que contestó: “Yo no fracasé, triunfé al encontrar miles deformas en las qué la lamparita no funcionaba”. Eso es darle vuelta a las circunstancias negativas de la vida.
Para quienes crean tener baja su autoestima, el propio Stamateas propuso diez tips para levantarla:
  1. Nuestra estima debe estar basada en quienes somos (ser) y no en nuestros logros (hacer).
  2. Saber que todas las situaciones nos preparan para consolidar y afirmar nuestra estima.
  3. La estima se construye con palabras de validación.
  4. Desterrar las creencias erróneas de nuestros pensamientos.
  5. Tener una mente orientada al aprendizaje.
  6. Descubrir nuestras propias fortalezas.
  7. Basar nuestra estima en lo que somos.
  8. Tener una estima fuerte no depende del puntaje de los otros.
  9. Sé el primero en creer en ti.
  10. Te mereces lo mejor.
Una estima sana acepta que a lo largo de toda la vida tendremos cualidades y defectos. Toda nuestra vida vamos a enfrentar cosas buenas y otras malas. Cuando una persona no muestra sus cosas malas es porqué está en conflicto. Y cuando una persona no muestra sus cosas buenas también está en conflicto; cuando cada uno de nosotros podamos aceptar ambas cosas estaremos en paz.
Con errores y con defectos, tu estima debe estar sana. El tema es que sigamos creciendo. Ese es el punto, reconocerlos, pero a pesar de ellos darnos el valor que nos merecemos. ¿Cómo estás invirtiendo tu tiempo para cecer cada día? Lo importante es estar siempre en proceso de crecimiento y elegir los mentores adecuados para cada momento de la vida.

“Si el ritmo del cambio dentro de una organización es menor que el de afuera, su fin está próximo”. Jack Welch.



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